MENTORIA PRIVADA PARA SABER QUÉ HACER CUANDO TU PEQUE NO QUIERE COMER.
SIN COSAS COMPLICADAS, CON CLARIDAD Y BASADA EN LO QUE DE VERDAD FUNCIONA
Es muy posible que te sientas identificada con esta historia.
O que pienses que te observo desde una cámara del salón de tu casa cuando estáis cenando
O quizá no.
Pero si sigues leyendo hasta el final y atiendes bien, saldrás con las bases para cambiar las comidas en casa y que no se sientan como un caos.
Sí, en esta página.
Vamos allá.
Paula es la mamá de un peque que se lo pone bastante difícil en la hora de las comidas.
A ella le gusta investigar, leer e informarse sobre todo lo relacionado con crianza.
Quiere acompañar a su hijo todo lo mejor que pueda, pero en lo que se refiere a comida nada funciona…
Ni recetas
Ni esconder las verduras en la salsa
Ni siquiera jugar con la comida.
Y aunque la pediatra le dice que todo está bien, que es una etapa, y que es un niño sano, su preocupación sigue ahí.
Paro ella la comida es un “problema”.
O al menos ella lo siente así
Y es que sentarse en la mesa con su peque y escuchar
No me gusta
No tengo hambre
Ya acabé, ¿puedo ir a jugar? (y sólo se comió un bocado)
La desborda
Porque Paula soñaba con momentos en familia: todos juntos en la mesa, compartiendo, riendo y disfrutando de la comida.
Sin embargo, la realidad es muy diferente.
Es una lucha constante para que su hijo se siente en la mesa y por lo menos pruebe algo, en lugar de quejarse, tirar el plato al suelo o incluso llorar porque no quiere comer.
Cuando Paula cocina pasta o Nuggets de pollo, todo está bien. Es su “zona segura”.
Pero cuando intenta introducir algo diferente…
El caos y las rabietas dominan la mesa
Y luego está la culpa.
Porque Paula siente que ha hecho algo mal, se compara y piensa que falló como madre.
O, peor aún, que su peque terminará con una relación tóxica con la comida por su culpa.
Lo peor no es solo el estrés de cada comida.
Es esa vocecita en su cabeza que le dice…
¿Y si le faltan vitaminas?
¿Y si esto no mejora?
¿Y si siempre come así?
Entre nosotras…
Paula está agotada y frustrada y quiere buscar ayuda, pero no tiene ni idea de a quien acudir…
Quizás una Nutricionista Infantil piensa…
Pero ya sabe lo que le dirá
‘’Síguele poniendo verduras, prueba esta receta, come fruta delante de él, no le obligues a comer…’’
Todo eso ya lo hace y no piensa que vaya a cambiar nada
Hasta que Paula encuentra a alguien que le muestra otro camino y le ofrece el mapa correcto para cambiar las cosas…
Cuando conocí a Paula me vino a la cabeza un libro que contaba la historia de una aviadora
Amelia Earhart
Por si no lo sabías Amelia fue la primera aviadora en cruzar sola el océano Atlántico, a pesar de que le dijeron por activa y por pasiva que no iba a poder.
Simplemente preparó su avión, ajustó su brújula, agarró su mapa y despegó.
Paula también necesitaba un mapa que la guiara en el viaje alimentario de su peque.
Para dejar de sentir que estaba volando a ciegas y que todo era un caos.
Pero ¿Qué pasó cuando Paula tuvo ese mapa?
Se convirtió en la piloto que conseguía que las comidas fueran aterrizajes suaves,
Porque, sí, enseñar a un niño a disfrutar de la comida no es muy diferente a aprender a volar: requiere paciencia, herramientas adecuadas y alguien que te acompañe en el proceso.
Y Paula, aunque escuchó demasiadas veces que su peque no tenía solución, que era un consentido o que todo eso se solucionaría dejándole pasar hambre, no se conformó
Y al igual que Amelia tomo acción, aunque sabía que el trayecto a su objetivo no iba a ser fácil
Porque no lo fue.
Tampoco fue inmediato.
Pero empezó a cambiar pequeños hábitos.
Dejó de presionar a su hijo a comer y encontró la motivación que lo ayudó a probar
Aprendió cómo presentarle nuevos alimentos sin que él los rechazara de entrada.
Entendió que a veces la victoria no es que se coma todo el brócoli, sino que lo toque, lo huela o simplemente lo acepte en su plato.
Y, lo más importante, Paula dejó de culparse.
Hoy, las comidas en su casa son diferentes.
No son perfectas.
No son como las películas.
Pero hay paz en la mesa.
Su hijo ahora prueba más alimentos.
No todos, pero más.
Y Paula ha aprendido que criar a un buen comedor no es un sprint; es una maratón.
¿Te suena familiar esta historia?
Porque si te sientes como Paula, necesitas saber esto:
Tú no fallaste. No es tu culpa.
Y lo más importante… puedes cambiarlo.
De solo comer verdura triturada a pedir Edamame para cenar
Esto es lo que pasa
Sé lo que estás pensando.
“Mi hijo es un caso perdido. Ya probé todo y nada funciona.”
Déjame decirte algo: incluso los casos más difíciles tienen solución.
Tu hijo no es “difícil”. Es un niño con preferencias, necesidades y un ritmo propio.
He trabajado con mamás que pensaban exactamente como tú. Que creían que su hijo simplemente "era así" y que no había nada que hacer. Pero en cada caso, con las herramientas adecuadas, lograron avances reales.
- MENTORIA DE 1 HORA PARA SENTIR LA TRANQUILIDAD DE QUE TU PEQUE ESTARÁ BIEN ALIMENTADO
Entiendo que suene increíble conseguir cambios con una hora de consulta. Tal vez estás acostumbrada a escuchar que la Nutricionista te dirá:
“Sé el ejemplo.”
“Come delante de él de forma saludable.”
“Intenta con más verduras y recetas.”
Eso NO es lo que hacemos aquí.
Mi enfoque es diferente.
Y en 60 minutos abordamos el problema con precisión y profundidad.
Detectamos la raíz del problema.
Vamos a averiguar la causa ¿Hay algo sensorial o motor? ¿Es un tema emocional? ¿Hay alguna enfermedad de base que lo esté provocando? ¿Tiene que ver con rutinas?Analizamos su estado nutricional. Antes de la Mentoría rellenas un documento con las ingestas que tu hijo realiza la última semana, que yo después analizo para saber qué alimentos debemos de incorporar o si es necesario alguna suplementación, dándote las mejores opciones para la salud de tu pequeño.
Trazamos un plan específico para tu hijo.
Te doy estrategias que funcionan para TU familia. No recetas generales ni consejos que ya conoces. En el momento de la reserva recibes un cuestionario donde te hago las preguntas necesarias para saber que puntos debemos de tratar en la Mentoría, de esta forma me aseguro que esté totalmente adaptada a tus necesidadesTe llevas claridad.
Sabes exactamente qué hacer y cómo implementarlo paso a paso. Todo queda reflejado en el informe que te entregaré. Te explico cómo deben ser las porciones, las comidas y cómo presentarlas para que resulten menos intimidantes, descubrirás una forma de distribuir los alimentos en el plato diferente.
Resolvemos problemas ocultos.
¿Cuáles son las características del alimento que hacen que tu hijo tenga ese rechazo a probarlo? ¿Cómo modificar ese alimento para que empiece a interactuar con él? ¿Qué creencias y expectativas te están impidiendo acompañar a tu hijo desde la calma y confianza en él?
Y sí, todo esto lo hacemos en una hora.
Porque no se trata de hablar de más, sino de darte soluciones reales.
¿Por qué funciona?
Porque mi método está diseñado para entender al niño, no para luchar contra él.
No es cuestión de "insistir más" ni de presionarlo. Es cuestión de:
Cambiar la forma en que tu hijo percibe la comida.
Construir rutinas y ambientes que lo inviten a probar, sin miedo.
Aprender a celebrar pequeños logros, como tocar el brócoli, en lugar de exigir que lo termine entero.
Esto no es magia. Es ciencia, experiencia y mucha empatía.
Documentos que te llevarás
(Se entregan en 5-7 días laborables después de la Mentoría)
Un informe detallado con todos los datos de su historia clínica, los test que hago para detectar algún problema sensorial o motor de ser el caso, recomendaciones nutricionales, de suplementos y el plan de acción a seguir.
Un cuaderno de actividades sensoriales para hacer en casa y adaptado a vuestra situación familiar, que incluye también recomendaciones de libros adaptadas a su edad.
Un video explicativo para que entiendas cada paso del proceso donde además te resumo los puntos más importantes vistos en la Mentoría (¡y puedas volver a consultarlo siempre!).
Preguntas frecuentes que despejan dudas
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Nadie cambia de un día para otro. Pero el enfoque adecuado puede marcar la diferencia desde el primer intento. Los pequeños avances son señales claras de que estamos en el camino correcto.
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Probablemente no has intentado este enfoque. Esto no es un consejo genérico. Es una estrategia diseñada para ti y tu hijo, basada en ciencia y en experiencias reales con familias como la tuya.
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Piensa en esto: ¿cuánto estrés te ahorrarías si las comidas dejaran de ser un problema? En esta mentoría no solo abordamos el tema nutricional; te doy herramientas para conectar con tu hijo en las comidas y mejorar la dinámica en casa.
Si estás lista para transformar las comidas en tu hogar
Reserva tu Mentoría ahora.
En solo 60 minutos, daremos el primer paso para cambiar el “no quiero” por un “quiero intentarlo”.
Porque comer no se aprende con presión, sino con paciencia.
Haz clic aquí para empezar:
Este es el momento de dejar de luchar contra tu hijo y empezar a trabajar a su lado.